El guardaparque Daniel Porte amplió lo expuesto ayer en redes sociales, donde aseguró que por falta de personal e infraestructura, la situación de la Reserva Natural Bahía Blanca, Bahía Falsa, Bahía Verde y del Islote de la Gaviota Cangrejera era preocupante.
En su voz se nota la angustia. Ese dolor de un apasionado de su trabajo que ve como por falta de recursos y personal cada esfuerzo tiene gusto a poco, y en ese tiempo que pasa la situación cada vez es más desbordante y apremiante.
El guarda parque Daniel Porte ayer dio a conocer lo que ocurre en la Reserva Natural Bahía Blanca, Bahía Falsa – Bahía Verde y del Islote de la Gaviota Cangrejera, y esta mañana no dudo en replicarlo y ampliar sus detalles.
“Hay veces que hay que decir que no. Hay razones de orden científico que establecen que hay determinadas actividades que no se pueden o no se deben hacer. Como dice la ley 1907, se debe sustraer de la libre intervención humana determinadas actividades a fin de asegurar la existencia a perpetuidad de la naturaleza” contó.
Dando una magnitud de lo que viven, Daniel aseguró que “la reserva es tan grande como el partido de Bahía Blanca, con tres o cuatro personas trabajando sin medios y la impotencia que eso causa cuando por no tener los medios ni el personal, vemos pasar la problemática”.
Refiriéndose a uno de los tantos inconvenientes con los que lidian a diario, contó que “hay un aprovechamiento del recurso natural que tiene que ver con la pesca. Los delfines quedan en las redes, y como es un mamífero que necesita aire para respirar, se termina ahogando”.
Y sobre esa línea refirió que “compatibilizar la pescar artesanal con la conservación de las especies es el desafío para muchos. A mí entender el eje principal se debe poner sobre las especies que se conservan y protegen dentro de una reserva natural”.
En otro pasaje de la charla se animó a trasladar la situación a lo que ocurre con el Parque Provincial Ernesto Tornquist, y en ese sentido afirmó que “ya pasaron más de 80 años de la creación del Parque. Si hubiésemos podido sacar fotos en aquel momento, y hoy las volviéramos a tomar, veríamos que queda muy poco de lo original. O sea que no se cumplió el objetivo por el cual se creó: perpetuar la naturaleza para las generaciones futuras”.
Y dándole una conclusión a ese tema, remarcó que “no solo es lo que uno ve, también está lo que no se ve. Un montón de especies de flora y fauna, muchas de las cuales están en situaciones críticas. Lo hemos ido asumiendo. Si lo proyectamos vemos que los problemas pueden agravarse. La gran cuestión es saber si estamos dispuestos a repensar la función de una reserva natural”.