Joaquín Serafini comentó que tras casi un lustro de plantación, consiguieron pelletizar el lúpulo cosechado en la comarca, y de esa manera darle un salto de calidad notorio a su cerveza. A partir del viernes estará disponible.
Otro enorme paso para la producción local de cerveza artesanal. Sureña logró lo que muy pocos han alcanzado dentro de nuestro país: llegar a hacer pellets de su producción de flores de lúpulo.
Al respecto su dueño y cabeza de proyecto, Joaquín Serafini, comenzó diciendo que esto es “el laburo que muchas veces que no se ve, que hicimos en el verano, y que hoy está dando sus frutos”.
Para instruir a los lectores, contó que “el lúpulo es la planta que le da el amargor a la cerveza y caracteriza por el aroma a las IPA. Entre las variedades de lúpulo que conseguimos y se pueden ver, está el espalter, pero además trajimos todas las variedades nacionales, que se bancan muy bien el clima, con la bendición que nos dieron cualquier cantidad de flores desde el primer año”.
Volviendo a su empresa mencionó que “hace tres años que venimos trabajando con esto, pero teníamos el problema de que siempre teníamos que trabajar sobre la flor. Eso se podía usar en determinados procesos. Por esta limitación solo lo podíamos usar para amargor”.
Según confirmó, “este año procesamos 10 kg de flores frescas y nos quedaron 3 kg de secas. Le dije al mayor productor de lúpulo del país que quería pelletizarlo para usarlo en una IPA. Me preguntó cuánto tenía, porque él trabaja con toneladas. Él me pasó un contacto de Mar del Plata. Ahí lo llevé al lupular Santa María, que lo hizo gratis. Nos dijeron que estaban muy bien”.
Con mucho entusiasmo sostuvo que “tras el proceso nos quedó 2.1kg en pellet, lo que nos permitió hacer IPAs con el aroma y el sabor del lúpulo local. Fue lo primero que hicimos cuando llegamos. El 9 de julio la cocinamos. Fue una alegría enorme. El otro día saqué una prueba del fermentador y es tremendo el aroma que tiene”.
Por último confirmó que “para este viernes estaríamos en condiciones de bajarla. Según nos dijeron en Mar del Plata, pese a que muchos cerveceros plantan lúpulo, son muy pocos los que llegan a tener pellets. Nos dijeron que somos menos de diez los que lo logramos”.