Nicolás Cabral, a cargo de la actividad, comentó cómo vienen trabajando en todo el distrito. “Nuestro desafío es tener lugares cerrados en cada localidad para guardar las cosas” aseguró.
La Escuela de Atletismo no para de crecer. Y mucho de esto se lo debe al empuje y la dedicación del profesor Nicolás Cabral, que con todos los elementos a cuesta recorre la gran mayoría de las localidades, transmitiendo la pasión por esta rama del deporte.
Al respecto comentó que “estamos dando clases en las localidades de Villa, Tornquist y Tres Picos, todo esto para chicos de 5 a 12 años y de 12 en adelante. Para los más grandes sumamos en Saldungaray y Sierra, así que prácticamente estamos cubriendo todo el distrito”.
Al mismo tiempo agregó que “ahora en vacaciones aprovechamos y entrenamos después del mediodía, pero el resto del año entrenamos siempre después de las 17. Actualmente tenemos más de 80 chicos, y entre los más grandes alrededor de 30 participan de distintos torneos. Ahora se vienen los viajes para los más chicos”.
Sobre la metodología de trabajo, confirmó que “en las formativas les hacemos probar todas las disciplinas de atletismo, para que ellos mismos descubran su propio destino después. Nosotros recomendamos, pero la idea es que elijan y experimenten. Recién a los 15 o 16 se empiezan a especializar. Ellos por ahí no se tienen fe, pero después de probar se dan cuenta que es su pasión”.
Sumando que “tenemos muchos lanzadores de martillo, de disco, de jabalina… que por ahí no son disciplinas tan conocidas, y también tenemos muchos saltadores, de largo y de garrocha. Son pruebas técnicas, que por ahí no se prueban en otros lados y nosotros las podemos desarrollar. Además abarcamos velocidad y fondo, pero quizás son los menos, porque las características de esos chicos están en otros deportes y no se acercan tanto al atletismo”.
En otro pasaje de la charla reconoció que a nivel estructura, “donde más armados estamos es en Tornquist, que surgió tras hacer los provinciales sub 14 y sub 16, donde adquirimos un montón de materiales a través del municipio. Eso nos potenció mucho y nos hizo sumar chicos. En el resto de las localidades lo que nos cuesta es el lugar para guardar los materiales. Por ahí me tengo que llevar todo por no tener un lugar fijo y cerrado para guardarlos”.
Contando con orgullo además que “ya no es como antes que mi viejo inventaba casi todo. Hoy estamos mucho más armados, hasta tenemos discos oficiales, jabalinas oficiales, martillos oficiales. El tema de colchones los armamos nosotros, pero tampoco queremos estropearlos, porque al no tener un lugar cerrado para guardarlos cuesta mucho mantenerlos”.