El Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad, en convenio con el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), realizó la primera Encuesta de Prácticas de Riesgo Adictivo. Las conclusiones
Este informe, realizado por el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat en colaboración con el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA, reveló cómo estos comportamientos, que crecen de manera silenciosa, afectan cada vez a más personas en la ciudad. Las cifras de esta investigación trazan un diagnóstico preciso y alertan sobre la expansión de estos riesgos adictivos en la vida diaria de una población cada vez más vulnerable.
El relevamiento, realizado en un universo integrado por una población de 6 mil casos de personas de entre 18 y 75 años en hogares de CABA (400 casos por comuna), se llevó a cabo en alianza con el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de CABA y el prestigioso Observatorio de la Deuda Social Argentina (OSDA) de la Universidad Católica Argentina (UCA). Si bien las apuestas en línea y el consumo de sustancias siempre fueron temas de preocupación, el análisis de este estudio revela que el fenómeno se amplió y diversificó, con lo cual no impacta solo en los más jóvenes, sino en una gran parte de la población porteña.
“Hoy damos un paso importante. Por primera vez, contamos con un diagnóstico serio, profundo y representativo sobre las prácticas de riesgo adictivo en la Ciudad. Sabemos más y mejor qué pasa en cada comuna, en cada franja etaria, en cada realidad social. Y eso nos permite diseñar políticas públicas que no se basen en intuiciones ni buenas intenciones, sino en evidencia concreta”, señaló Gabriel Mraida, ministro de Desarrollo Humano y Hábitat.

En ese tono, Mraida agregó: “Frente a esto venimos trabajando y fortalecimos nuestra Red de Atención: tenemos 38 Centros Barriales donde se atienden más de 1.200 personas por mes, 5 centros ambulatorios especializados, y trabajamos junto a organizaciones sociales en 16 dispositivos de gestión asociada”.
Además del uso y abuso de distintas sustancias, uno de los puntos que aborda este trabajo es el uso de pantallas, pero también su abuso. Mientras las plataformas digitales se convierten en una herramienta indispensable, los números muestran que el exceso de horas frente a dispositivos móviles y computadoras brinda datos alarmantes. En particular, los más jóvenes son los más vulnerables, con un porcentaje que supera las cinco horas diarias de uso y pone sobre la mesa el impacto de este comportamiento en su bienestar.
En ese sentido, el trabajo señala que “nueve de cada diez adultos bebieron alcohol alguna vez en la vida y el 62% lo hizo en el último mes”, mientras que “la mitad de la población consumió tabaco alguna vez en la vida, y el 22% en el último mes”. Asimismo, el trabajo alerta sobre un “desconocimiento de la percepción del riesgo en el consumo semanal de cigarrillos electrónicos en el 20,5% de los encuestados”.
La buena noticia del diagnóstico en territorio porteño que dejó la EPRA es que permitirá orientar las políticas públicas de la Ciudad con un enfoque basado en la evidencia. Además, caracteriza las prácticas de riesgo adictivo, teniendo en cuenta los niveles de vulnerabilidad socioeconómica de la población de la ciudad.

Cifras del consumo
En lo que respecta a las sustancias, el informe alerta que “el 34% de las personas consumió marihuana alguna vez en la vida, y el 12% en el último mes”, al tiempo que “el 8% de los adultos consumió cocaína alguna vez en la vida, indicador que presenta cifras más altas en varones y en personas de 30 a 44 años”. Además, los ansiolíticos o tranquilizantes comienzan a ganar espacio, ya que “presentan la prevalencia de vida más alta (13%) y observan una incidencia del 2%, es decir la proporción de personas que empezaron a consumir en el último año, con relación a las que nunca consumieron”, siendo que “la prevalencia de vida de policonsumo (consumo de dos o más sustancias psicoactivas) fue del 61%, la prevalencia en los últimos 30 días fue de 26%”.
El uso de las pantallas se puso en el centro del debate, ya que “solo uno de cada diez jóvenes presenta un comportamiento libre de riesgo”. Además, el trabajo advirtió “un incremento de 3,4% de proporción de personas que iniciaron la práctica de apuestas en línea en el último año”. Así, “casi la mitad de la población que declaró haber apostado en línea el último año presenta un comportamiento de riesgo (16% riesgo moderado y 5% un riesgo alto)”. ¿Las razones? “Aproximadamente el 40% de los varones declara apostar en línea porque sus amigos también lo hacen, superando a las mujeres (25%). En cambio, el 17% de las mujeres manifiesta hacerlo para saldar deudas”.

El consumo de sustancias: un problema persistente
A pesar de la creciente preocupación por las adicciones digitales y las apuestas en línea, el consumo de sustancias se mantiene como una de las mayores preocupaciones en la ciudad. Según los datos de la encuesta, el 62% de los adultos en CABA consumieron alcohol en el último mes, y la prevalencia del consumo de tabaco también sigue siendo elevada.
Este comportamiento se observa principalmente entre los jóvenes, que consumen alcohol en cantidades peligrosas y con mayor frecuencia que las generaciones anteriores. De hecho, la tasa de consumo más alta de alcohol se encuentra en el grupo de 18 a 30 años, ya que un 69,6% de los encuestados informó haber bebido en el último mes.
En tanto, la prevalencia de consumo de alcohol en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires brindó datos alarmantes. Según el informe, el 90% de los adultos ha consumido alcohol alguna vez en su vida y el 62% reportó haberlo hecho en los últimos 12 meses. En tanto, en el último mes, la prevalencia es más destacada entre los jóvenes de 18 a 30 años, con un 69,6%.

Por su parte, el consumo de tabaco también se mantiene como un problema de salud pública. Aunque su prevalencia ha disminuido, persiste como un problema tangible entre los adultos de entre 31 y 44 años, que presentan las tasas más altas de consumo mensual. “La percepción de riesgo asociada al consumo de cigarrillos comunes es mayor que para los cigarrillos electrónicos”, con lo cual se evidencia una tendencia hacia el vapeo, pese a los riesgos asociados a esto último.
Para decirlo en cifras, el trabajo advierte que un 50% de la población adulta ha fumado alguna vez en la vida. Así, el 24% de éstos reportó haber consumido en los últimos 12 meses. En lo que se refiere al último mes, se mantiene en el 22%, con una mayor presencia entre los adultos de 31 a 44 años. “Este comportamiento es más común en los hombres, con una tasa del 23,1%, mientras las mujeres presentan un 20,7% de prevalencia mensual de consumo”, afirmaron los autores del documento.
En cuanto a la marihuana, ha ganado terreno en la Ciudad de Buenos Aires, se alertó el trabajo. El 34% de los adultos ha consumido alguna vez en la vida, teniendo en cuenta que la prevalencia anual es de 16,5%, con un 12% que consumió en el último mes. En palabra de los autores: “Los jóvenes de 18 a 30 años muestran la prevalencia más alta, alcanzando un 30,6% de consumo mensual en este grupo”.

En tanto, al analizar el consumo de cocaína, en el trabajo se señaló que aproximadamente el 8% de los adultos en CABA han consumido alguna vez en su vida. Este índice es superior en personas de 30 a 44 años. “La prevalencia mensual es del 1%”, se aclaró y, “si bien se trata de una prevalencia baja a nivel general, es levemente mayor entre los varones”, subrayó.
El estudio también resaltó la creciente incidencia del uso de ansiolíticos y tranquilizantes sin prescripción, especialmente entre las mujeres y las personas mayores. En este aspecto, el uso en el último año se posicionó en el 6,9% de los encuestados, y en el último mes en el 5,5%. “Este consumo es más prevalente en los varones, con una prevalencia anual del 4,8% y mensual del 8,8%”, advirtieron los autores y resaltaron que este punto también se percibe entre las personas de 60 a 75 años, “con un consumo anual de 11,6% y mensual de 10,2%”.
El uso digital: un malestar silencioso
El informe también relevó el uso excesivo de dispositivos móviles y pantallas y estableció que uno de cada cuatro adultos tienen comportamientos de riesgo alto. A este fenómeno se le atribuye el aumento del tiempo que los individuos dedican a los dispositivos, sobre todo en los jóvenes de 18 a 30 años, con una dedicación que supera las cinco horas diarias.

El trabajo también destacó que solo uno de cada diez jóvenes se mantiene libre de riesgo en cuanto al uso de pantallas. Este patrón se repite en los adultos, donde cuatro de cada diez personas de 18 a 75 años aseguran utilizar su celular más de cinco horas al día. Asimismo, el trabajo destaca que la prevalencia de consumo digital es particularmente alta entre los jóvenes y disminuye con la edad”, resalta el trabajo .
El informe también señaló que el uso de dispositivos móviles afecta principalmente a los sectores más jóvenes, pero su impacto se extiende a todas las edades. En los hogares porteños, el 4,9% de los encuestados manifestó preocupación por el uso excesivo del celular por parte de sus familiares. “Cuatro de cada diez adultos (18 a 75 años) utiliza el celular 5 horas diarias o más, valor que aumenta a seis de cada diez en la población joven (18 a 30 años) y disminuye con la edad”, alertó el trabajo.
Advirtió, además, que “uno de cada cuatro adultos tiene un comportamiento de riesgo alto en cuanto al uso de su celular, valor que aumenta al 40% de la población joven (18 a 30 años) y disminuye conforme aumenta la edad”.

En el trabajo se resaltó las principales razones detrás de este comportamiento. “La comunicación fue el principal motivo de uso del teléfono móvil (85,3%), y en segundo lugar, se mencionó entretenimiento y ocio (61,5%), mientras que en tercer lugar se indicó el uso del celular por motivos laborales (56,6%). Un tercio de los encuestados manifestó que usa el celular para estar informado, mientras un 9% declaró utilizarlo para estudiar, en tanto que con menos frecuencia se mencionó el uso del celular para realizar compras en línea (4,7% de las menciones)”.
El aumento del uso de las pantallas está vinculado, según el estudio, a problemas como el insomnio, la disminución de la actividad física y el deterioro de las habilidades sociales. A medida que las plataformas digitales se convierten en un medio para escapar de la realidad, muchos usuarios se ven atrapados en un círculo vicioso del que es difícil salir. “El impacto del uso excesivo de las pantallas afecta la vida cotidiana y las relaciones interpersonales”. Esta es una de las principales preocupaciones que se desprenden de los datos obtenidos en el estudio.
Apuestas en línea: un fenómeno que crece y preocupa

Aunque solo el 8,4% de la población adulta ha apostado en línea alguna vez, el porcentaje se eleva significativamente en el grupo de jóvenes, ya que alcanza al 16% de los adultos de entre 18 y 30 años, por lo que se ha convertido en un fenómeno que enciende todas las alarmas. En ese sentido, el estudio reveló que las apuestas en línea son, en su mayoría, realizadas en solitario, lo que genera una mayor preocupación sobre los efectos negativos de la soledad en el comportamiento adictivo.
“El porcentaje de la población de 18 a 75 años de CABA que manifestó haber apostado en línea en los últimos 30 días es del 3,3%”, detalló el trabajo. Al tiempo que advirtió que “los varones presentan una prevalencia mensual del 4,1%, mientras que el 2,6% de las mujeres declaró haber apostado en línea en el mismo período”, aunque “disminuye a mayor edad, con el mayor valor observado en personas de 18 a 30 años con un 5,3%, es decir, 4,1 puntos porcentuales más elevado que en personas de 60 a 75 años”.
Según los datos de la encuesta, los contextos son diversos. “El 86,6% de los apostadores en línea en los últimos 30 días afirmaron que lo hacían en solitario”, se aseguró en el trabajo y alertó que “este dato refleja una tendencia a la individualización del comportamiento adictivo asociado a las apuestas digitales”.

“La motivación detrás de las apuestas en línea está vinculada principalmente con el entretenimiento y la búsqueda de diversión, lo que, aunque comúnmente inofensivo, puede tener implicancias serias para la salud mental de los individuos”. Esta realidad que alarma a las autoridades locales, regionales y nacionales también se percibe dentro de los hogares.
“El 17,4% de la población encuestada refirió preocupación por las apuestas en línea de algún miembro del hogar, comportamiento que presentó el valor de prevalencia más alto. Le siguen en prevalencia, la preocupación por el uso de celular en el hogar (4,9%) y el consumo de sustancias (1,9%). Estos datos indican que una de cada cuatro personas encuestadas indicó estar preocupada por la conducta de consumo de un miembro del hogar”, aseguraron los autores del relevamiento.
Por Daniela Blanco . Infobae