La presencia de explosivos de la Segunda Guerra Mundial complicó los trabajos, pero permitió recuperar piezas acuñadas entre 364 y 408 d.C.
La historia de Roma parece estar llena de secretos esperando ser desenterrados, y algunos de ellos siguen saliendo a la luz incluso hoy en día. A pesar de los siglos que han pasado desde el fin del Imperio Romano, todavía hay vestigios de su paso que guardan historias fascinantes. Monedas, joyas y objetos cotidianos nos permiten asomarnos a las costumbres y complejidades de una de las civilizaciones más poderosas de la historia. Un hallazgo reciente en Luxemburgo es un claro ejemplo de lo que aún puede encontrarse bajo tierra.
Estas monedas son especialmente raras, ya que Eugenio estuvo poco tiempo en el poder
Un equipo de arqueólogos completó una excavación que comenzó casi por casualidad. Todo arrancó con el descubrimiento de una sola moneda de oro en un campo cercano al pueblo de Holzthum. Esa pieza inicial desató una investigación que terminaría destapando un tesoro único: 141 monedas de oro puro, conocidas como solidi, que datan del siglo IV. El lugar resultó ser la base de un antiguo burgus, una torre de vigilancia militar construida por el Imperio Romano.
El proceso, sin embargo, no fue sencillo. La zona estaba salpicada de municiones sin detonar de la Segunda Guerra Mundial, lo que obligó al equipo a trabajar codo a codo con el Servicio de Desactivación de Bombas del Ejército de Luxemburgo. Durante cuatro años de excavaciones, los arqueólogos recuperaron monedas acuñadas entre los años 364 y 408 d.C., cada una con el perfil de un emperador romano.
Según el Instituto Nacional de Investigación Arqueológica de Luxemburgo, el hallazgo es excepcional porque permite estudiar un conjunto monetario antiguo en su contexto original. “Este es un gran descubrimiento arqueológico, ya que es extremadamente raro poder estudiar en su totalidad un depósito monetario antiguo en su contexto arqueológico”, señalaron en un comunicado oficial.
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Las monedas que narran un reinado fugaz y conflictivo
El valor histórico de estas monedas va más allá de lo económico. Los solidi representaban la estabilidad financiera del imperio y su uso se extendió durante siglos, desde su introducción en el siglo IV hasta el siglo X. Cada moneda, con su peso exacto de oro, simbolizaba el poder y la organización del sistema monetario romano. Además, las monedas ofrecen pistas sobre las políticas, alianzas y conflictos de una época en la que el imperio estaba dividido entre Oriente y Occidente.
De entre todas las piezas que retratan a nueve emperadores, tres monedas destacan especialmente por llevar el rostro del emperador Eugenio, cuyo breve y conflictivo reinado lo convierte en una figura histórica poco conocida. Gobernó el Imperio Romano de Occidente entre los años 392 y 394 d.C., un periodo marcado por tensiones políticas y religiosas. Su ascenso al poder, promovido por un general tras la muerte de Valentiniano II, nunca fue reconocido por el emperador oriental Teodosio I, lo que culminó en un enfrentamiento militar. Eugenio fue derrotado y ejecutado en la Batalla de Frígido, dejando tras de sí un legado tan breve como controvertido.
El impacto de este hallazgo no solo radica en su rareza, sino también en la información que puede aportar sobre los cambios sociales y económicos del Imperio Romano en su último siglo de existencia. Con un valor estimado de 322.000 dólares, este tesoro promete reescribir, en cierta medida, lo que ya se sabe sobre el final del imperio y su sistema monetario.
Ahora, con la excavación concluida, los investigadores se centrarán en analizar en detalle cada pieza para entender mejor las razones de su enterramiento. Este estudio podría arrojar luz sobre los cambios económicos y sociales de un periodo turbulento de la historia romana. Mientras tanto, el tesoro de Holzthum ya ocupa un lugar destacado en el relato de los descubrimientos arqueológicos más fascinantes de los últimos años.
Héctor Farrés – El DiarioAR