El juez que investiga el homicidio del empresario Fabián Gutiérrez, el exsecretario de Néstor y Cristina Kirchner encontrado ayer enterrado en una casa de la localidad santacruceña de El Calafate, dijo hoy que, por el momento, las principales hipótesis apuntan a “una pelea” por dinero o un “robo”, y descartó, en principio, un móvil por cuestiones políticas.
Además, el magistrado informó esta tarde a Télam que denegó las excarcelaciones de los cuatro detenidos por el crimen y explicó que ahora tiene diez días para resolver las situaciones procesales de cada uno de ellos.
“Todo indica que pudo haber sido un desacuerdo, luego una pelea, o un móvil del robo”, expresó esta mañana el juez de Instrucción Penal de dicha localidad de Santa Cruz, Carlos Narvarte a Radio Mitre.
Más tarde, en declaraciones a Radio 10 y puntualmente consultado sobre si existe algún motivo que amerite que el expediente se tramite en otro fuero, dijo: «No veo en los elementos que hay incorporados hasta ahora en el expediente ninguna cuestión política que me indique el traslado a la justicia federal”.
Por su parte, el presidente Alberto Fernández consideró esta tarde que “solamente insinuar” una vinculación del hecho con el Gobierno “es una actitud miserable” y “muy difícil de entender”.
“Ya se hicieron las pericias en el domicilio de Gutiérrez, en su rodado, en el lugar donde fue encontrado (el cadáver) y yo ya indagué a todos los presuntos responsable”, explicó el juez Narvarte.
Para el magistrado, la muerte de Gutiérrez se trata de “un homicidio que podría ser calificado por el número de personas” y “todo indica que pudo haber sido un desacuerdo, luego una pelea, o un móvil del robo” entre la víctima y uno de los sospechosos detenidos.
Sobre éste último, el juez contó que “no se autoincriminó, sino que hizo una declaración que ayudó a dar con el cuerpo y puso al resto de las personas en el lugar del hecho”.
“Hay testimonios que indican una posible amistad o relación íntima” entre ese detenido y Gutiérrez, relató Narvarte, quien por esa razón se inclina por hipótesis de “la desavenencia de entre dos personas”.
“Después del hecho hubo una situación en la que se limpió la escena y se colaboró para llevar al cuerpo a otro lado, y ahí hay ciertos grados de participación que tengo que determinar”, indicó y agregó: “Tampoco lo veo por el lado de lo extorsivo (…) La hipótesis que cobra más peso es la del desacuerdo o desavenencia.”
Por la tarde, el magistrado informó que la autopsia al cuerpo de la víctima “ya concluyó” en la morgue judicial de Río Gallegos pero se excusó de dar detalles sobre los resultados de la misma ya que “es materia de análisis más profundo”.
A su vez, confirmó que hay un “un cuchillo que se está analizando” y que el mismo está manchado con sangre.
El hecho fue descubierto ayer por la mañana en los fondos de una casa de la calle Cañadón Seco, del barrio Aeropuerto Viejo, de El Calafate, y de acuerdo a los primeros resultados de los peritajes realizados por los médicos forenses que revisaron el cuerpo, Gutiérrez presentaba golpes principalmente en la cabeza y un corte en el cuello.
El juez Narvarte aseguró ayer a la prensa que el cuerpo fue hallado envuelto en una sábana y que estaba vestido.
Según los investigadores, todo comenzó el viernes, cuando se recibió una denuncia sobre la desaparición de Gutiérrez, quien no contestaba las llamadas y no había sido hallado en su domicilio.
De inmediato se realizaron las primeras diligencias en el domicilio del empresario, quien vivía solo en una casa de la calle Perkins y padre Alberto D´Agostini de la villa turística, la cual se hallaba totalmente revuelta.
A su vez, en ése el lugar fue hallada una campera con sangre, precintos plásticos y manchas de sangre en distintos sectores de la casa.
Los pesquisas de la Policía de Santa Cruz determinaron luego que, durante la noche previa (es decir del jueves), Gutiérrez había sido visto con un joven de unos 20 años que era conocido suyo, por lo que los investigadores se dirigieron a su domicilio.
Ese joven, identificado por los investigadores judiciales y policiales como Facundo Zaeta, quedó demorado y es uno de los principales sospechosos del crimen.
Tras esta detención se llevaron a cabo otros tres allanamientos en los que fueron apresados otros tres sospechosos, identificados como Agustín Zaeta –hermano del anterior-, Pedro Nicolás Monzón y Facundo Gómez, todos de entre 20 y 25 años.
Uno de los cuatro detenidos, quien el juez identificó como Monzón, fue quien en su indagatoria aportó los datos fundamentales para el hallazgo del cadáver; mientras que los otros tres se negaron a declarar.
“Uno sólo declaró, Monzón. Y los otros tres se negaron”, finalizó el juez.